La moción de censura impulsada por Vox comienza a tener derivadas y repercusiones. Una de ellas es que el Gobierno logra visibilizar la unión del bloque de la investidura que permitió a Pedro Sánchez llegar a La Moncloa. Lo hace con un manifiesto, que no firman ninguna formación de derechas, y en el que lanzan una advertencia: pedirán sanciones "ante comportamientos por parte de parlamentarios o parlamentarias que vulneren los principios de responsabilidad y respeto".
Y no sólo eso, sino que el manifiesto, firmado por fuerzas nacionalistas y rupturistas como Bildu o ERC, exhibe la intención de "reafirmar nuestro compromiso con los derechos humanos, la democracia, la justicia social y la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas, sin importar el lugar donde hayan nacido, su género, creencias religiosas u orientación sexual".
El texto, que se ha dado a conocer tras las primeras intervenciones de Santiago Abascal, y después de que la intervención de Pedro Sánchez provocara la queja y la crítica de diputados del PP después de que el presidente del Gobierno atribuyera en exclusiva al PSOE la derrota de ETA, muestra un cierre de filas en el sentido de " velar para que en el Congreso predomine el debate democrático, respetuoso del pluralismo político y de los derechos de todas las personas que constituimos esta Cámara".
"En consecuencia, nos comprometemos a solicitar ante la Presidencia del Congreso la apertura de los procedimientos de infracción y sanción que correspondan, según el Código de Conducta de las Cortes Generales".
Con este texto, el bloque de la investidura se erige en garante del respeto en las Cortes, descargando la responsabilidad de la crispación en la derecha, puesto que ninguno de estos partidos acompaña con su firma el texto. Sí lo hacen el BNG, la CUP, Compromís, ERC, Bildu, PNV, JxCat, Más País, PSOE y Unidas Podemos.
Iniciativa de Unidas Podemos
Aunque aparece la rúbrica de todas estas formaciones, la iniciativa y el impulso de la misma, así como la búsqueda de apoyos, ha correspondido a Unidas Podemos, en la figura de Jaume Asens como negociador con los partidos.
Así lo ha constatado Pablo Echenique, portavoz de la formación morada: "Además de votar no al neofranquismo trumpista, desde Unidas Podemos hemos querido muñir un manifiesto suscrito por 193 diputados en defensa de la democracia, los derechos humanos y la justicia social. Gracias Jaume Asens por el trabajo. Hacen mucho ruido, pero somos más que ellos".
"Queremos expresar nuestra solidaridad a todas las personas que han sido objeto de los ataques e insultos desde estas actitudes radicales e intolerantes, incluidos miembros del Congreso de los Diputados y del propio Gobierno, así como reconocer a los luchadores y luchadoras por las libertades que combatieron el fascismo, cuya memoria también ha sido menospreciada".
"Reiteramos nuestro compromiso en la lucha contra los discursos y las actitudes de odio, que de ninguna manera deben quedar impunes, así como en el rechazo a cualquier tipo de apoyo de la extrema derecha, especialmente cuando afecte a la gobernabilidad de las instituciones, ya sea por activa o por pasiva", expone el manifiesto. Otra muestra de que el manifiesto va más allá de una declaración 'antiVox' y también se dirige contra el PP y Cs, en una alusión velada a los gobiernos autonómicos sustentados gracias al apoyo de la formación de Abascal.
Y añaden: "Los discursos racistas, xenófobos, machistas que hemos escuchado en lo que va de legislatura por parte de la extrema derecha y derecha extrema -alusión al PP y a Cs- son incompatibles con los valores propios de un sistema democrático y suponen un peligro para la convivencia". Asimismo, censuran a Vox por lo califican de "estrategias y discursos negacionistas respecto a la pandemia provocada por la Covid-19".
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