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España y Portugal se vuelven a dar la mano mirando a los rebrotes del coronavirus

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Felipe VI, Pedro Sánchez, Marcelo Rebelo de Sousa y Antonio Costa participan en un acto de reapertura de las fronteras entre ambos países

El rey preside en Badajoz la simbólica reapertura de la frontera con Portugal

Portugal y España han reabierto este miércoles su frontera con actos que han concluido en la localidad lusa de Elvas y que han protagonizado el Rey Felipe VI, el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, y los jefes de sus respectivos gobiernos, Pedro Sánchez y António Costa.

Tras un acto simbólico de esa reapertura en Badajoz, las máximas autoridades de los dos países se han desplazado al castillo de Elvas, donde han sido recibidos por el alcalde de la ciudad, Nuno Mocinha.

A pie han recorrido los últimos metros de acceso al castillo, donde han escuchado los himnos nacionales de los dos países interpretados por una banda militar.

Después, y a semejanza del acto que apenas una hora antes habían tenido en Badajoz, han dado un paseo por la explanada exterior de la fortificación y desde la que se han detenido a contemplar el territorio español que puede verse desde allí.

El acto oficial de reapertura de la frontera hispanolusa ha sido tan simbólico que podría decirse que ha pasado prácticamente inadvertido por los lugareños de ambas poblaciones. Sólo la presencia de las máximas autoridades de ambos países ha servido para visualizar la proclamación oficial de que el tránsito entre ambos países tras 106 días ya estaba permitido.

De hecho, ya se podía transitar sin controles desde las 00.00 horas del día anterior después de dos meses y medio donde únicamente en nueve puntos de toda la raya fronteriza se ha permitido el tránsito para trabajadores y transporte de mercancías exclusivamente. Así que esta mañana no hubo ni oropel ni fanfarria ni, sobre todo, contó con el agasajo de los ciudadanos. Fue un doble acto encapsulado, pues no se dejó acceso libre del público (algo más en Portugal, con la presencia de unas 30 personas) quizás porque todavía, y más con los rebrotes en Portugal, la situación no está para celebrar nada y el temor no ha pasado.

De hecho, el país vecino ha pasado en un abrir y cerrar de ojos de ser admirado por su gestión ante el Covid-19 a ser el segundo país de la UE en número de infectados por cada 100.000 habitantes, con la multiplicación de casos experimentados (1.561 muertos y 43.141 casos positivos, según los últimos datos oficiales). Incluso, en Reguengos de Monsaraz, a 35 kilómetros de Villanueva del Fresno, ya en Extremadura, hay una residencia de mayores donde se ha disparado el coronavirus, con siete víctimas mortales y 115 positivos.

Así que la visita ni tan siquiera se detuvo en la propia frontera de Caya, donde no se programó parada alguna ni corte simbólico de alguna cinta, y se limitó a pasar unos minutos por la Alcazaba Árabe de Badajoz y por el Castillo de Elvas, en ambos casos con unas zonas muy acotadas que impedían el paso del público. Sólo un puñado de republicanos, que se contaban con los dedos de la mano, y desde muchos metros de distancia, quiso protestar en Badajoz y un grupo algo más numeroso en Elvas que, con pancartas incluidas, pedía el cierre de las centrales nucleares. Nadie se dio por aludido.

Reapertura del espacio Schengen

La organización del acto se había encargado de no publicitar el recorrido del mismo, que incluso no se distribuyó a los medios de comunicación hasta última hora de la noche de ayer. Sólo la presencia de las banderas de ambos países en la Plaza Alta de Badajoz podría hacer imaginar que allí iban a estar presentes personajes de tan alta relevancia. No, no hubo baño de masas porque así se quiso desde el principio.

Al menos, tras las respectivas visitas, y tras la marcha del Rey Felipe de Elvas, donde sí tuvo la deferencia de pararse un momento con algunos vecinos apostados en la calle que desemboca en el Castillo, comparecieron Pedro Sánchez y António Costa.

"Aprender a vivir con el virus aunque sin bajar la guardia"

Fue el pasado 17 de marzo cuando se cerró la línea fronteriza entre ambos países ante la evolución de los contagios y se abre ahora, diez días después del resto de las que permanecieron cerradas dentro del espacio Schengen. De ahí que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en declaraciones a los medios en las 'faldas' del histórico Castillo de Elvas, quiso trasladar su "inmensa felicidad" por esta vuelta a la normalidad, aunque con matices en esta estrecha relación fronteriza.

Para Sánchez, el acto simbólico de la apertura de esta frontera ha estado cargado de "muchísima emoción" porque "España y Portugal son dos pueblos hermanos" con una visión y retos comunes. En este sentido, ha subrayado que ambos dirigentes, en un breve encuentro informal dentro de las instalaciones de la fortificación lusa, se han mostrado dispuestos a relanzar la cooperación bilateral y su visión común en el seno de la UE tras la pandemia de coronavirus en una cumbre que tendrá lugar en Bruselas durante este mes de julio. Para Sánchez, la pandemia se puede convertir en una "gran oportunidad para reivindicar el modelo europeo" así como su estado de bienestar y el sistema de salud, siempre que se tejan unas alianzas comunes, que, en este caso, según Sánchez, están muy unidas entre estos dos países.

"Esperamos que la frontera jamás se tenga que volver a cerrar como consecuencia de una pandemia", ha confesado Sánchez, quien ha señalado que durante los momentos más duros de la crisis sanitaria el primer ministro luso le ha mostrado su apoyo, a lo que ha añadido: "Tenemos que aprender a vivir con el virus, recuperar la vida, la cotidianidad", aunque ha subrayado que sin "bajar la guardia"

Pedro Sánchez ha puntualizado que a partir de ahora -tras el fin de un confinamiento de la sociedad española "muy duro"- las comunidades autónomas son las responsables de la gestión de la sanidad, aunque ha matizado que "han salido muy reforzadas de la situación" que se ha vivido, cuestión que ha señalado que se está evidenciando ante los rebrotes que se han producido en las últimas fechas, pero que se están afrontando "con garantías".

Mientras, el primer ministro luso, António Costa, ha manifestado que el cierre de las fronteras ha sido una circunstancia "única" para muchas generaciones lusas y españolas, una frontera que -ha recordado- es la "más antigua de Europa". De ahí que haya destacado que se han elegido dos fortalezas como la de la Alcazaba en Badajoz y el Castillo de Elvas como símbolo de la lucha que han mantenido ambos países en estos últimos meses contra el Covid-19, cuando en su día se construyeron "para defenderse y separarse durante siglos".

Como Sánchez, Costa ha explicado que habrá que convivir con la pandemia hasta que esté lista una "vacuna", por lo que se deben cumplir y respetar las medidas implantadas para prevenir los contagios. En el caso de Portugal, unas medidas que se han reactivado en los últimos tiempos ante el rebrote de casos, sobre todo en el entorno de su capital, Lisboa.

En cuanto a las ayudas de la Unión Europea que se van a negociar, el mandatario luso ha destacado que esta crisis "no es de unos países, sino de todos", pues "no habrá ninguna nación que no la sufra" así que ha instado a Europa a "aprovechar sus sinergias" de manera unida. "No hay ninguna razón para que Austria, Holanda, Dinamarca o Suecia estén menos empeñados" que países como España o Portugal o para la recuperación económica.

En cuanto a la reapertura de la frontera, ha recordado que en la fase actual de la pandemia "no hay decisiones políticas" que no tengan "una dimensión sanitaria", y en este sentido ha considerado "fundamental" que "todo el mundo sea consciente de que cuando un ciudadano portugués visite España deberá respetar las reglas de este país, y a la inversa".

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