Investidura de Pedro Sánchez

Investidura de Pedro Sánchez: Bofetón a Netflix, más gasto público y ninguna explicación de cómo lo financiará

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El candidato habla de dependencia, ingreso mínimo vital, fin de copagos o más red de AVE sin explicar la subida de impuestos, ni incluir la bajada de deuda entre los retos clave de España

Sánchez derogará parte de la reforma laboral de 2012 y elevará el SMI Foto: ÓSCAR DEL POZO / AFP | Vídeo: EL MUNDO

El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha lanzado una serie de retos sociales, ecológicos y de innovación con guiños a Podemos pero sin decir cómo financiarlos. En su discurso ha incluido más dinero para la Dependencia, evitar copagos sanitarios, implantar un ingreso mínimo vital o ampliar el AVE sin detallar cómo piensa cuadrar las cuentas en caso de ser elegido. De hecho, no ha incluido la reducción de la deuda y el déficit entre los seis grandes retos que se marca para la legislatura, pero ha admitido al tiempo la desaceleración- "la economía tiende a aminorar su ritmo de crecimiento"- que va a obstaculizar acabar con la vulnerabilidad de las cuentas públicas.

El candidato no ha mencionado recortes de gastos y sí en varias ocasiones de "justicia fiscal", pero cuidándose de dar detalles. Ha hablado de leyes de Bienestar Animal o del Juego, pero no, sorprendentemente, de las del IRPF o IVA en un discurso de investidura.

Ha recordado su promesa de acabar con el déficit de la Seguridad Social "en cinco años" tras buscar "nuevas formas de financiación" sin especificar con qué impuestos; y ha evitado en general explicar su plan de aumento de la presión fiscal más allá de que ha insistido en la fiscalidad medioambiental pasando de puntillas por el diésel.

Un ejemplo de su nebuloso discurso económico es cómo se ha quejado de que Netflix -sin nombrarla expresamente en su bofetón- paga pocos impuestos, pero ha terminado insinuando que no puede crear la llamada Tasa Google de manera unilateral, porque las respuestas a la revolución digital "sólo pueden hacerse desde Europa".

El candidato tampoco ha insistido en derogar toda la reforma laboral de 2012. Se limitará a "abordar los aspectos más lesivos" pero "en el marco del diálogo social"; es decir, consultando con la patronal CEOE y no sólo con los sindicatos.

Ha compatibilizado su ambigüedad en el terreno laboral con múltiples guiños a Podemos en diversos ámbitos. Por ejemplo ha relanzado su promesa electoral de subir "progresivamente" el Salario Mínimo Interprofesional a unos 1.200 euros mensuales desde los 900 actuales. También ha anunciado una nueva ley de Vivienda para "frenar más las subidas abusivas de alquileres", pero sin detallar si impondrá límites. En política económica ha afirmado en general que hay tantas incertidumbres externas que "hay que ser obligatoriamente muy prudentes". Por eso hay que sanear las cuentas públicas, que es una gran omisión de su discurso.

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