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El PP ve peligrar sus feudos por los «cambalaches» entre Cs y PSOE

Casado exige transparencia a Rivera sobre sus intenciones

Elecciones municipales, europeas y autonómicas 2019, última hora en directo

Pablo Casado, durante su intervención en un acto de campaña celebrado ayer en Ávila EFE / Vídeo: Casado apela a los votantes a que «vuelvan» al PP
Mariano Calleja

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Castilla y León es «la columna vertebral» del Partido Popular , como Andalucía lo es del PSOE. Si se pierde esa región, el daño en el PP sería brutal, como reconocen dirigentes del partido. Los populares llevan 32 años gobernando en esa Comunidad, y por primera vez en mucho tiempo ven posibilidades de perder el poder. Las alarmas han saltado y Pablo Casado dedicó buena parte del último día de campaña electoral a esta región, con actos en Ávila y Palencia, donde avisó de un posible pacto entre Ciudadanos con el PSOE en ayuntamientos y comunidades, para desplazar al PP en la oposición.

«Todo está en un puño», adviertieron fuentes populares. Unos pocos votos decidirán la suerte en los feudos del PP este «superdomingo» electoral del 26 de mayo. En la dirección nacional hay más prudencia que optimismo: «No puede ser peor que el 28 de abril», aseguran en Génova, donde se encomiendan a una alta participación del centro-derecha, que les permita frenar el avance de la izquierda en toda España y mejorar su resultado global respecto a las generales. El PP lucha por la movilización de su electorado , pero sabe que no será suficiente si se cumplen sus peores presagios y Ciudadanos acaba pactando con el PSOE allá donde sumen mayoría.

En Ávila, Casado pidió al partido de Rivera «transparencia y claridad» en su política de pactos, porque a su juicio Ciudadanos ha dejado la puerta abierta a alcanzar acuerdos con los socialistas de una manera arbitraria, donde entienda que hay menos conexión al sanchismo. «¿En Ávila van a pactar con el PSOE o no? ¿Y en Castilla y León? Que lo digan claramente», reclamó. Fuentes populares no tienen ninguna duda de la disposición de Ciudadanos: «Vamos a ver todo tipo de cambalaches con los socialistas en toda España», avisan.

En las últimas horas de campaña electoral, el PP ha analizado sus últimas encuestas internas, que reflejan un resultado «muy apretado» en otras dos de sus plazas fuertes, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad. «Va a depender de unos pocos miles de votos», advierten los populares. La dinámica electoral ha cambiado en España , y cuando el PP habla de «ganar» se refiere a la suma del bloque de centro-derecha.

Una victoria en Madrid supondría un «golpe de mano» de Pablo Casado para consolidar su liderazgo interno en el partido, pero también como líder de la oposición. En Génova se validaría como un triunfo general de las elecciones del domingo, el inicio de la ansiada «remontada», según las fuentes populares, que lo verían suficiente para acallar muchas voces críticas.

Pero si se pierde Madrid, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad, la tormenta interna está casi asegurada , aunque en la dirección nacional le quitan dramatismo. «No sería un golpe mortal, fue mucho más grave el de las elecciones generales», subrayan en Génova. Los populares no creen que el liderazgo de Casado entre en barrena , entre otras razones por una que parece inapelable: «No hay alternativa».

En el PP ven en peligro su hegemonía en la Comunidad de Madrid, donde gobierna desde 1995, si Ciudadanos y el PSOE suman los votos suficientes. «Los de Rivera están empeñados en mostrarse como los que acaban con gobiernos históricos, y no dudarán a la hora de derribar al PP si tienen los votos necesarios con los socialistas», señalan. Los populares ven en serio riesgo otros gobiernos regionales donde hasta hace bien poco eran intocables, como ocurre con la Región de Murcia, y ayuntamientos simbólicos como Málaga. Su mensaje es una advertencia clara: «Si a Ciudadanos le salen las cuentas, se abrazará al PSOE para echar al PP».

Esa renovación del «pacto del abrazo» en las regiones y ayuntamientos solo se frenaría, según el PP, si la movilización de la derecha detiene el crecimiento de la izquierda e impide la suma suficiente de Ciudadanos con el PSOE. El problema es que ese llamamiento a la participación choca con un ambiente electoral frío en la calle , con un electorado cansado por esta intensidad de campañas consecutivas y, en el caso del centro-derecha, por el desencanto y la decepción tras las generales. Las llamadas a la movilización son ya casi de emergencia, para «contener» y hacer de contrapeso frente a un Gobierno de izquierdas e independentistas en La Moncloa.

Los populares creen que el calendario electoral está pensando por Sánchez para poder pactar con Rivera sin presiones para su partido. «La clave, dicen los populares, es que no les salga la suma con el PSOE a solas en ningún lado. Puede salirles la suma si se une Podemos o sus marcas blancas, pero entonces Ciudadanos tendrá que elegir como socio externo a los podemitas o a Vox. Queremos pensar que están más cómodos con un apoyo externo de Vox, como en Andalucía», explican las fuentes consultadas de Génova.

Si se produce una derrota en los feudos más sólidos de los populares, la dirección del partido tiene claro que la solución solo está en seguir adelante, «sin un paso atrás»: « Hay que reconstruir el partido , lo estamos haciendo desde el congreso nacional, debemos seguir apostando fuerte por este proyecto y mirar al futuro».

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