Los rebeldes sirios lanzan una ofensiva para romper el cerco de Asad sobre Alepo

El ataque se ha iniciado con un intenso fuego de artillería y el lanzamiento de vehículos suicidas

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Alepo vive horas cruciales. La que antes de la guerra fuera la capital económica del país y cuya parte oriental se ha convertido en los últimos meses en la Numancia de los rebeldes sirios es escenario desde la mañana de este martes de un nuevo movimiento bélico.

En esta ocasión, los protagonistas son los rebeldes, que desde sus posiciones en las afueras, han lanzado una ofensiva para romper el cerco que el régimen sirio mantiene sobre los barrios orientales de Alepo, a los que desde que consiguió rodearlos por completo somete a un asedio medieval. Cientos de hombres, piezas de artillería e incluso vehículos bomba conducidos por suicidas se han movilizado para realizar este ataque. En la ofensiva participan una veintena de grupos rebeldes, entre ellos el Ejército Libre Siria así como grupos islamistas, apoyados por Turquía, e incluso Fatah Al Sham, la que hasta hace poco era la filial siria de Al Qaeda. "Todas las facciones revolucionarias, sin excepción, participan en esta batalla", ha anunciado el portavoz de uno de los grupos.

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Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la ofensiva ha comenzado con un intenso lanzamiento de más de 150 cohetes sobre las líneas del régimen sirio que habrían costado la vida al menos a 15 civiles. El objetivo de ese ataque era el aeropuerto militar de Al Nayrab. Horas más tarde, los rebeldes han asegurado haber conseguido importantes avances y tener ya bajo su control el barrio de Al Assad, en la zona oeste de la ciudad. El régimen sirio, por su parte, ha negado haber perdido el control de esas zonas.

En la ofensiva, además, han tomado parte grandes vehículos blindados repletos de explosivos que, conducidos por suicidas, son lanzados contra las líneas del régimen. Se trata en muchas ocasiones de grúas a las que se han colocado por los lados y por arriba grandes planchas de metal para que el fuego enemigo no pueda frenarlas. Esos mastodontes, repletos de explosivos, son conducidos por combatientes suicidas y suelen utilizarse para abrir paso en las primeras posiciones enemigas, tales como puestos de control de carreteras.

Desde que en septiembre logró cortar las vías de aprovisionamiento, el régimen sirio tiene cercado la parte oeste de Alepo, donde residen al menos 275.000 personas. Pese a que intentó lanzar una ofensiva para conquistar esos barrios, el régimen se topó con una feroz resistencia y optó por mantener un asesio a esas áreas. Ni siquiera los intensos bombardeos de los aviones rusos, en que se han empleado bombas incendiarios y misiles antibúnker, facilitaron ese avance.

La oposición intenta dar un golpe de mano en el conflicto. Tras recibir el apoyo de Turquía que, con objeto de frenar a los kurdos, quiere que sus grupos afines sean quienes controlen el noroeste de Siria, la oposición ha pasado al contrataque contra el régimen. Romper el cerco haría añicos los planes del dictador sirio, Bashar al Asad, de conquistar Alepo, cuya toma le era indispensable para poder proclamar la victoria en una guerra interminable.