Rajoy: "No voy a autorizar ningún referéndum para la secesión porque ni puedo ni quiero"

OLGA GRAU / AGUSTÍ SALA / SITGES

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, realizó este sábado la que ha sido probablemente, a juicio de los empresarios presentes, una de las intervenciones más contundentes de los últimos 14 años consecutivos que lleva participando en la Reunió del Cercle d’Economia, el foro de reflexión y debate sobre economía y política que se da cita en Sitges una vez al año.Contundente no tanto por la novedad del contenido, si no por el tono con el que se dirigió al auditorio formado básicamente por directivos y propietarios de empresas, sin ninguna presencia institucional de la Generalitat.

"Se me pide algo que no quiero ni puedo hacer y siendo yo presidente del Gobierno el referéndum secesionista no va a ocurrir", afirmó Rajoy. De esta manera, Rajoy introdujo en su discurso el matiz de las "voluntades", no solo lo que jurídicamente puede hacer, sino lo que piensa. "Me siento español, dentro de mi acervo está una España como la que tenemos hoy en día. Estoy con la Constitución y por la unidad y soberanía nacional, lo que significa que todos tienen derecho a opinar sobre el futuro de este país". Recordó, a su vez, que en Catalunya hay muchos descendientes de gallegos como ejemplo de los lazos existentes entre comunidades. Y, de forma rotunda y tajante, aseguró respecto a una hipotética secesión: "Se irán de Europa, digan lo que digan" y "desde luego que no habrá sede de la Agencia Europea del Medicamento", dijo en referencia a la candidatura de Barcelona para acoger esta institución.

MENSAJE A LOS EMPRESARIOS

El líder del PP aprovechó el foro para lanzar un mensaje a los empresarios. Hay que evitar la "equidistancia" entre quienes defienden el cumplimiento de la Constitución y quienes aspiran a la independencia de Catalunya, un proceso que comparó con el "trauma" del brexit. "La equidistancia está muy bien, pero no en todo momento ni en todas las facetas de la vida", recalcó.

El presidente del Cercle, Juan José Brugera, que emplazó durante su intervención en las jornadas tanto a Carles Puigdemont como al 'vicepresident', Oriol Junqueras, a que acudan al Congreso a explicarse (tal como propuso Rajoy), advirtió de que tanto el conflicto de Catalunya con el Estado como la corrupción constituyen dos amenazas a una "incipiente recuperación". Brugera le recordó también la necesidad de solventar un conflicto de naturaleza política con la "política", lo que supone encauzarlo por la vía del "diálogo y la transacción".

Rajoy, si bien se mostró dispuesto a buscar soluciones, "nuevas fórmulas", recordó que una consulta solo la podría aprobar el Congreso. Resaltó un supuesto déficit democrático del procés al reprochar que se le quiera imponer la consulta, sí o sí, bajo la amenaza de una ley de transitoriedad jurídica exprés y "que quiere liquidar la unidad de España en un día".    Asimismo, reprochó al Govern que todo el proceso se deje en manos de "unos extremistas" como los de la CUP. Y agregó que la iniciativa de la Generalitat "rompe con siglos de historia juntos y liquida los lazos de todo tipo que nos unen".

UN PROBLEMA "TRISTE Y DESGRACIADO"

El presidente lamentó el problema de la corrupción, que, a su juicio, es "triste y desgraciado". Recordando sus muchos años en la vida pública, sentenció que "la inmensa mayoría de personas que se dedican a la política son honrados y decentes".

Tras mencionar las medidas de su Gobierno en el ámbito de la corrupción, tanto en el apartado del control, como de la investigación y persecución y las sanciones, reprochó a "algunos" que transforman la "presunción de inocencia" en "presunción de culpabilidad".

A preguntas del auditorio sobre la posibilidad de trasladar el cupo vasco a Catalunya, Rajoy recordó que este es un sistema que está en la Constitución. También afirmó que cuando se negoció la Carta Magna "todos renunciaron a planteamientos máximos" y destacó que en la actualidad "no hay ningún país en el mundo con un nivel de autogobierno de las autonomías como España". En todo caso, reiteró que no se pueden cambiar las reglas del juego a conveniencia.

El jefe del Ejecutivo repasó las grandes cifras macroeconómicas en un discurso centrado en sacar pecho de la recuperación económica y las reformas realizadas. Aseguró que España "crece porque produce y porque exporta".

Los empresarios presentes, que luego compartieron un cóctel con el presidente al término de la conferencia, destacaron el tono duro de Rajoy. "Me voy enfadado con todos, con Carles Puigdemont, pero también con Rajoy", explicó un mienbro del Cercle. Otro integrante de la junta de la institución afirmó: "Esperábamos que delante de los empresarios catalanes que exportan y contribuyen al PIB hubiera podido presentar alguna solución, una tercera vía". De ahí la equidistancia.