tensión vecinal por la delincuencia

Las narcocalles del Raval

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Beatriz Pérez

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En el 2009 los vecinos del Raval comenzaron a colgar de sus balcones pancartas con el lema 'Volem un barri digne'. Protestaban por la degradación del antaño 'barrio chino' barcelonés. Peleas (a veces con muertes), tráfico de drogas y prostitución eran los problemas que más preocupaban a quienes vivían en él.

Ocho años después, estos conflictos (a los que se les suma la gentrificación motivada por el turismo masivo) están muy lejos de haberse revertido. La prueba, entre muchas otras, son las caceroladas que cada noche protagonizan los vecinos de las calles de la Riereta y de En Roig por las 'okupaciones' de pisos vacíos, en ambas vías, por parte de grupos de traficantes de drogas.

En En Roig, donde empezaron las caceroladas hace más de dos semanas, hay 'okupadas' tres viviendas del número 22. En la Riereta, cuyas movilizaciones arrancaron hace una, los traficantes tienen invadidos tres bajos en los números 1-Ter, 3 y 5. Las drogas que circulan son duras. Estamos hablando de heroína, crack, cocaína y MDA.

PELEAS Y AMENAZAS

Según los vecinos, estas 'okupaciones' destinadas a la venta ilegal de droga comenzaron hace unos dos años en la Riereta y unos cinco en En Roig. La situación fue tensa desde los comienzos. En la Riereta, una reciente pelea con machetes entre distintas bandas a las dos de la madrugada fue la gota que colmó el vaso y que llevó a los vecinos a convocar caceroladas de protesta.

"Los traficantes han amenazado a varios vecinos", denuncia Antoni Salas, que vive en la Riereta y el único que se atreve a dar su nombre y apellido. De momento, los vecinos de esta calle ya han presentado tres denuncias a los Mossos d'Esquadra: una por daños a una propiedad, otra por amenazas y otra por tráfico de drogas. Las escenas de drogodependientes pinchándose a plena luz del día son habituales.

Para el vecindario, la inseguridad en estas calles del centro de Barcelona se mezcla con la insalubridad. "Hay jeringuillas en el suelo y [los toxicómanos] defecan en la calle y en los portales. Uno de los síntomas del síndrome de abstinencia es la diarrea", añade Salas, que es miembro de Acció Raval, un colectivo vecinal creado en enero para luchar contra los problemas de convivencia y el incivismo. 

Antoni Salas asegura que dos de los bajos vacíos que están siendo 'okupados' en la Riereta pertenecen a bancos. El otro lo desconoce, pero los vecinos no descartan que esté bajo un régimen de alquiler y que por tanto el propietario esté consintiendo el negocio ilegal. Los tres locales están ubicados en el tramo de la Riereta comprendido entre las calles de la Aurora y de Vistalegre. Son los vecinos de este trecho los que participan en las caceroladas.

"INEFECTIVIDAD"

Los habitantes de estas dos céntricas calles del Raval reclaman más vigilancia. "Nos unimos para protestar por la inefectividad de las autoridades ante las 'okupaciones' de los traficantes. No es solo un problema de 'okupas', sino también de drogadicción", sentencia Carlos, vecino de En Roig que, por seguridad, evita dar su apellido. "Logramos echar a los 'okupas' de la azotea del número 22. Ya no hay gente ahí".

Pese a ello, sigue habiendo tres pisos 'okupados' en este inmueble fácil de identificar porque no tiene puerta, ya que los traficantes la reventaron. Los compradores de droga acceden al interior con mayor facilidad. Sucede lo mismo en la calle de la Riereta, donde el cerrojo de un portal 'okupado' está roto. "Es un servicio 24 horas los siete días de la semana", apostilla Carlos.

Aunque el 'trapicheo' de droga existe en el barrio "desde hace 20 años", este vecino explica que la problemática de esta pequeña vía se ha visto agravada desde diciembre con la llegada de las mafias a la calle. Ahora la situación se ha vuelto insostenible y por eso las caceroladas diarias son apoyadas por la mayoría de los vecinos.

"Cada día hay varios cientos de jeringuillas en las calles cercanas. Hemos tenido dos casos de sobredosis frente a nuestro edificio. Los niños ven a los 'yonkis' pinchándose. Esto es un problema evidente de salud pública", lamenta. Un total de 60 vecinos de la calle de En Roig han presentado una denuncia conjunta ante el ayuntamiento, los Mossos d’Esquadra y la Agència de Salut Pública de Barcelona (AGSP).

Según Carlos, el vecindario ha "obligado" al consistorio a reunirse con los afectados, como el encuentro que tendrá lugar el próximo miércoles con Gala Pin, regidora de Ciutat Vella. "Es cierto que la Guardia Urbana está más encima, pero solo a raíz de que esto ha salido en los medios", denuncia este vecino, que además asegura tener "el firme propósito" de echar a "esta gente" no solo de la calle, sino del Raval. "El ayuntamiento debe entender que esto aleja a los turistas y a los potenciales inversores", concluye.

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