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Se inicia la era sin Íñigo Errejón. Podemos busca «pasar página» a una herida que aún sangra y que los ha dejado «en shock». La formación reunió ayer en Madrid al comité de campaña con todos sus candidatos autonómicos a las elecciones -salvo Errejón, que declinó ir tras su alianza con Manuela Carmena- y sus secretarios generales autonómicos. Pretende enterrar la era Errejón, pero aún no saben cómo. Buscan candidato y un proceso exprés para presentar su candidatura a la Comunidad de Madrid, pero el peligro real es ir a la batalla y lograr unos resultados que los dejen en evidencia respecto al antiguo número dos de Pablo Iglesias.
La consigna oficial es que Errejón es historia. «Han sido dos días muy tristes, pero espero que podamos pasar página y mirar al futuro, que empieza por la campaña de mayo de este año», fue la consigna en voz alta dada por Pablo Echenique, secretario de Organización, a sus candidatos y cargos autonómicos. Como máximo responsable del aparato, su objetivo es evitar que se repitan nuevas fugas en otros territorios. El número tres de Podemos volvió a ser la voz más dura contra Errejón, al que acusó de «ambición personal».
Pero el dolor de cabeza por su decisión de renunciar a la marca Podemos y presentarse a la Comunidad de Madrid bajo el paraguas de Manuela Carmena amenaza con incordiar una temporada. Podemos busca cómo paliar su vacío, buscar un candidato capaz de rivalizar. Si desde la dirección nacional este viernes se cerró cualquier opción de negociar un nuevo acuerdo in extremis con Errejón, ayer Echenique expuso que «a día de hoy» no hay ninguna negociación abierta. Pero que una vez tengan su candidato, «si hay que dialogar con otras fuerzas políticas, serán los compañeros de Madrid los que tengan que decidir». De nuevo, puerta abierta. Al menos, ambigüedad.
Los focos, sobre Ramón Espinar
Fuentes de Podemos Madrid consultadas por este diario asumen la fragmentación del voto en caso de haber dos candidaturas distintas, pero apuestan por un mejor resultado de Errejón frente al candidato de Pablo Iglesias. Los focos para protagonizar este rol están puestos en Ramón Espinar, actual secretario general de Madrid, que ayer esquivó la cuestión alegando que no era el día «de establecer ni quién ni cómo. Sino de decirle a la gente que hemos pasado momentos muy duros y toca levantarse».
Eso sí, Espinar, máximo responsable de Madrid, mantuvo, como Echenique, la puerta abierta a una negociación con Errejón para terminar confluyendo, como piden desde el sector errejonista. Respondió que «no es una decisión» que en estos momentos esté en su mano. «No es algo que nos corresponda decidir a nosotros. Necesitamos hablar mucho y escuchar mucho». Espinar confesó que en las últimas horas ha mantenido una «conversación larguísima» con Errejón, pero rehusó desvelar los detalles de la misma.
Fuentes consultadas por este diario sólo atisbarían esa posibilidad -remota, matizan- de acercamiento a Errejón si éste asumiera su error y protagonizara una puesta en escena de arrepentimiento y perdón.
Así, la cita de ayer del comité de campaña -Pablo Echenique, Irene Montero y Juanma del Olmo- con sus candidatos y líderes autonómicos emergió como una suerte de sesión de coaching para levantar el ánimo. El encuentro sirvió, según fuentes de la cúpula de Podemos, para hacer «un diagnóstico de la situación» tras el «golpe» de Errejón y «se plantearon las necesidades de campaña para cada territorio». ¿La conclusión? Las mismas fuentes señalan que hubo «unanimidad en que no se entiende el movimiento de Iñigo y que no le viene bien a ningún territorio porque la necesidad y la voluntad es construir Podemos y que vaya fuerte a las elecciones».
Una prueba de ese espíritu de cierre de filas fue el comunicado ayer del líder de Podemos en la Región de Murcia, Óscar Urralburu, considera errejonista, que esgrimió que «todos nos hemos visto sorprendidos por las formas en la que Íñigo Errejón ha realizado su anuncio, unas formas que no compartimos y que forman parte de una decisión que afecta solo a la Comunidad de Madrid, y en ningún caso es extrapolable al resto de territorios del conjunto del país».
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